Las mejores
técnicas para potenciar el ritmo sexual se inspiran en las escuelas chinas de
manejo del movimiento y la energía vital, como el chi kung y el tai chi.
Buscan respetar, profundizar y estimular los ritmos naturales del cuerpo. ¿Tenés
problemas para encontrar un ritmo en la cama? ¿A él le gusta todo rápido y vos
preferís ir despacito? ¿O el sexo fuerte es, definitivamente, lo tuyo?
Mabel
Iam es autota del libro “El amante perfecto”, de editorial Vergara. Es
psicoterapeuta, especialista en relaciones personales y autora de bestsellers.
¿Él
es "salvaje" e instantáneo? ¿Vos preferís ir suave y despacio? ¿O al
revés? Para encontrar la armonía, una experta nos da sus consejos, incluido un
juego de intercambio de roles.
Mediante
diferentes movimientos en estado de relajación se puede controlar y aumentar la
vitalidad y, al mismo tiempo, evitar que se fatiguen los músculos.
Danzar y gozar,
paso a paso
El hombre y la
mujer tienen distintos tiempos de respuesta sexual. Si deseás una máxima
conexión con tu pareja, necesitás experimentar todos los ritmos: la gama que va
de los eróticos salvajes a las cadencias más suaves y tiernas. Buscá
compatibilizar tus sensaciones con las de tu amante, hasta alcanzar la plenitud
sexual.
* Primer ritmo: es
el impulso sexual, que está directamente relacionado con la atracción del uno
hacia el otro. Está signado por la seducción que cada uno provoque en su
acompañante.
* Segundo ritmo: es
el de la excitación. Es espontáneo, se manifiesta más lentamente en la mujer y,
por lo general, más rápido en el hombre. Depende exclusivamente del juego
erótico que se produzca en el primer ritmo. Personalizar la fogosidad es
importante para motivar las zonas erógenas.
* Tercer ritmo: es
el orgásmico, resultado de los anteriores. Como en una danza, los amantes
conservan una energía erótica de coincidencias, tanto instintivas como
afectivas. En esta etapa se concentra el misterio del éxtasis del ritmo sexual
y la sinfonía erótica desarrolla su rol protagónico.
* Cuarto ritmo: la
consumación, es el efecto del máximo placer. En este nivel se logra una
explosión que atraviesa los límites de la satisfacción física y llega a
despertar sentimientos. Solo se arriba al éxtasis con entrega mutua, siguiendo
el ritmo amoroso.
Cuando cada
amante se adapta a la repuesta sexual de su compañero, el acto no concluye con
el orgasmo. Por el contrario, luego de la descarga puntual la técnica logra
realimentar el placer.
El juego de
espejos
Cuando la pareja
no encuentra un ritmo placentero puede probar con el juego de espejos. Ayuda a
pulir la percepción, para prestar mayor atención a las sensaciones y
emanaciones químicas del otro.
¿Cómo se
practica? Hay que intercambiar los roles sexuales. Cada uno imita los
movimientos que realiza naturalmente su compañero durante el juego erótico.
Primero, uno actuará el papel activo y el otro lo imitará. Esta técnica de
imitación en espejo es, justamente, la que se aplica para aprender cualquier
técnica de baile.
Durante la
escena sexual se pueden adquirir diferentes experiencias, mientras la pareja se
conecta con creatividad y placer. Realizando este ejercicio una vez por semana
y, luego, una vez por mes, se logran buenos resultados.
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