“Aunque el envejecimiento propiamente dicho comienza desde la niñez,
los cambiosde la piel empiezan a hacerse evidentes a partir de los 35 años
y están relacionados con factores hereditarios, el tabaco, los hábitos
alimenticios, el estrés y el sedentarismo”, dice el doctor Hernando Harker,
médico otorrinolaringólogo especializado en cirugía plástica facial y
reconstructiva, quien agrega: “La exposición al sol y la radiación ultravioleta
intervienen en este proceso, disminuyendo en cantidad y calidad las fibras de
colágeno y elastina y los sistemas de autohidratación de glicosaminoglicanos
(cadenas largas y no ramificadas de heteropolisacáridos)”.
El envejecimiento de la cara y el cuello se presenta básicamente en
tres estructuras: los músculos, la grasa y la piel; hay descolgamiento,
flacidez, manchas, arrugas, poros abiertos y cambios en la coloración y la
textura de la piel.
¿Qué cuidados básicos pueden contrarrestar esta condición?
Adquirir hábitos saludables, tres de ellos los mejores aliados de la
piel: hidratación, tomar agua pura durante el día; una dieta en la que abunde
el consumo de frutas y verduras, y haya poca sal y azúcar; y horas de sueño de
calidad; cuando decimos que el sueño es reparador no es simplemente una
expresión, es verdad.
¿Puede explicar cómo se da la pérdida de colágeno en las pieles
maduras?
El colágeno es la proteína más abundante de nuestro cuerpo, el
componente estructural de todo tejido conectivo, y como tal proporciona fuerza
a los huesos, cartílagos, tendones, piel, pelo y uñas. A pesar de seguir una
alimentación cien por ciento natural y hacer ejercicio a diario, perdemos
colágeno todos los días. Incluso entre los 20 y los 30 años su producción
disminuye dramáticamente y cuando una persona llega a los 60 años se habrá
reducido en más del 35 por ciento.
Pero los efectos profundos del envejecimiento de la piel no se
evidencian hasta los 50 años, cuando las fibras de colágeno disminuyen, pierden
su flexibilidad, se degradan y se desorganizan, y las fibras elásticas pierden
elasticidad y aumentan su grosor. Debido a ello, el tejido conectivo pierde su
capacidad de absorber humedad y la piel se vuelve seca, se forman las arrugas.
Como quiera que cada caso es diferente en lo que se refiere a la
calidad de la piel, ¿cuándo es aconsejable recurrir a tratamientos radicales y
cuándo no?
Una persona que quiera recuperar la lozanía, eliminar arrugas y
flacidez, por ejemplo, las mejillas descolgadas, condición muy usual que se
convierte en un dolor de cabeza para las mujeres, tiene dos opciones: someterse
a una cirugía de estiramiento facial o a un sistema llamado Ulthera, un
ultrasonido micro-enfocado, procedimiento que por primera vez le permite al
médico intervenir el músculo de un paciente, sin necesidad de realizar cirugía.
Si selecciona la cirugía, debe contemplar pasos como la anestesia,
incapacidad médica, quirófano y postoperatorio. Y no solo eso, hay que
contemplar que su salud, los medicamentos que toma, la tensión arterial y demás
le permitan someterse a una cirugía.
¿Es posible acompañar los resultados que ofrecen tratamientos como
el Ulthera con cremas?, ¿de qué tipo?
Por supuesto. Las cremas tienen un efecto positivo en la piel, y en
ese sentido es importante recordar que hasta ahora las medicadas con principios
activos tales como ácido retinoico, ácido láctico, ácido pirúvico, ácido
kójico, ácido mandélico y péptidos de cobre, ayudan a mantener y mejorar la
salud de la piel, siempre y cuando sean aplicadas en forma constante y por
largo tiempo, además de que su uso sea dirigido por un médico especialista en
el tema.
¿Recomendarías ciertos productos para la piel como óptimos para
preservarla del envejecimiento?
En primer lugar, un buen protector solar que la defienda de la
radiación UV, todos los días, aun los nublados. Ácido retinoico para reparar
las fibras de colágeno y aumentar el promedio de recambio de células muertas en
la superficie de la piel. Algún ácido controlador de la pigmentación (kójico,
fítico, mandélico, arbutina), puesto que la piel “latina” tiende a mancharse.
Los péptidos de cobre, que controlan la enzima metaloproteinasa,
encargada de degradar las fibras de colágeno de mala calidad y renovarlas por nuevas
fibras, deben utilizarse todos los días. Por último, un buen jabón para la
limpieza, que no dañe ni cambie el pH de la piel ni deteriore el manto ácido
que la recubre.
Fuente: http://www.derf.com.ar/
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dejanos tu comentario