Trucos y consejos que te ayudarán a estudiar mejor y mejorar la memoria

El mejor truco es que te convenzas de que se recuerda mejor aquello que se comprende. 
También se recuerda mejor aquello que hemos trabajado más, por ejemplo lo que hemos subrayado, hecho resúmenes, esquemas mapas conceptuales, etc.
TRUCOS PARA RECORDAR O MEMORIZAR MEJOR TU ESTUDIO
Centrarse en el estudio. Se memoriza y recuerda mejor aquello a los que prestamos una mayor atención. Trata de motivarte para prestar el máximo de atención. 
Tener conocimientos previos o relacionados. Aquello de lo que sabemos algo ya, o bien hemos pensado, discutido, hablado, escrito, etc.
Comprender y saber su significado. Aquellas cosas que hemos comprendido o que tiene un significado para nosotros es mucho más fácil memorizarlas. 
Utilizar técnicas de memorización. Hay materias que nos exigen esfuerzos de memorización (vocabularios en idiomas, listas de cosas). 
Trucos efectivos para memorizar listas pueden resumirse en tres: 
Repetir. Repetir las palabras hasta aprenderlas es un viejo truco y funciona. Aunque sea aburrido hay que tener paciencia, podemos calcular con cuantas repeticiones memorizamos y si nos cronometramos ¡hasta puede ser divertido si nos imaginamos que estamos en un concurso!
Agrupar en categorías. Se agrupan por conjuntos de significados por ejemplo mobiliario (mesa, silla, armario). 
Asociar cada palabra a algo que conocemos. Mejor a cosas que podemos visualizar y que nos sean fáciles de recordar. Por ejemplo clorofila (una piscina llena de un cloro verde). 
CÓMO CONTROLAR LOS ATAQUES DE ANSIEDAD Y STRESS DURANTE LA ÉPOCA DE EXÁMENES
La ansiedad es un estado emotivo que surge generalmente frente a una situación imaginaria, anticipando los resultados. 
Tiene que ver con la incertidumbre frente a lo que puede llegar a ocurrir y que todavía no conocemos. Así, mientras estudiamos, está presente a cada minuto la cara del profesor, imaginamos qué preguntas hará, nos imaginamos contestando bien o mal, imaginamos que nos aplazan, que nos preguntan algo que no sabemos o que por algún motivo hemos olvidado. 
El temor a no aprobar, o al hecho mismo de tener que dar un examen, es la causa, en este caso, del aumento de la ansiedad y el stress, y el afán de descargar de alguna manera el monto de la misma se realiza a través de alguna conducta motora, que a veces pasa por las tendencias orales.
En muchos casos no hemos llevado la materia al día, es decir que no la hemos ido estudiando durante el cursado y los ratos libres. Entonces debemos incorporar todos los conocimientos rápidamente para dar el examen. Esta situación genera una gran carga de nerviosismo y estrés, que dispara la ansiedad. 
Las viejas excusas del ansioso: “Tomo café para mantenerme despierto.” ”Estudiar me da hambre”. “No puedo no fumar”.
Vamos a ver qué podemos hacer para erradicarlos. 
Cambiar de hábitos
El café 
Si bebés café para no quedarte dormido intenta estudiar en otros horarios. Si no trabajas, puedes aprovechar la mañana en lugar de quedarte hasta altas horas de la noche estudiando. Hay quienes dicen estudiar mejor de noche, pero a la larga se quejan de 
insomnio y de un terrible dolor de estómago. Si no quieres dejar el hábito del café, disminuidlo de a poco. Reemplázalo por agua o por alguna bebida que no contenga cafeína. Los jugos de frutas son una buena idea. 
El tabaco 
Un día normal de estudio saca la cuenta de cuántos cigarrillos fumaste y tal vez te horrorices al saber el resultado. Es difícil dejar de fumar, todos lo sabemos. Pero no es cierto que “no puedes no fumar”. Si no estás dispuesto a dejar el hábito, al menos intenta disminuirlo. No fumes durante la mañana: el cuerpo a esa hora necesita reponer vitaminas y fuerzas, y con el tabaco 
se las quitas. A algunas personas les funciona masticar chicle cada vez que tienen ganas de encender un cigarrillo. 
La comida 
Sé sincero, no es hambre lo que tienes, sino puras ganas de comer. Intenta lo siguiente: en lugar de atacar la heladera y comer hasta reventar, Prueba distribuir los alimentos en seis comidas moderadas al día y proponte respetar los horarios de cada una. Si en medio de un texto complejo te dan ganas de comerte un chocolate gigantesco, intenta comer uno pequeño, o mejor,
reemplaza todos los alimentos pesados y grasosos por frutas. Es notable, además, que a muchas personas se les quitan las ganas de fumar o tomar café cuando consumen varias frutas al día. 
Los recreos 
Es indispensable levantarse de la silla de cuando en cuando y despejar tu mente. Algunos dejan de estudiar 10 minutos cada hora; otros estudian dos horas seguidas y se toman un descanso de media hora. Prueba qué tipo de recreo te sienta mejor. No te quedes en la misma habitación, salí a dar una vuelta, charla con un amigo, tírate a escuchar música. En ese tiempo
procura pensar en cualquier cosa, menos en el examen. 
El compañero de estudio 
Si conoces a alguien que te cae bien y que tiene tu mismo ritmo de estudio, pueden juntarse a preparar la materia. De a dos es mucho más fácil paliar la ansiedad y los nervios. El diálogo, el intercambio de ideas, las bromas, y, en fin, sentirte acompañado por alguien que está pasando por lo mismo que vos puede ser muy beneficioso para ambos. 

Respeta tus tiempos 
En ocasiones queremos sacar la materia cuanto antes, pero en un intento por aprender el contenido de diez libros en una semana terminamos agotados física y mentalmente, frustrados, fastidiados, y no damos un buen examen. Lo óptimo es llevar la materia al día, así la preparación para el examen no se convierte en un penoso curso de estudio acelerado. Pero esto no siempre es posible. Entonces fíjate metas: “este mes no rindo nada, pero empiezo a preparar tranquilo Historia Contemporánea para el mes próximo.” O “Epistemología es muy larga, la voy a rendir dentro de dos meses, pero cada noche voy a leer un poco”. 
Te aconsejamos que leas nuestras “Claves para combatir el estrés” y “Un aplazo no es una caída” para redondear el tema de los nervios del estudiante. 
REMEDIOS INTELIGENTES
Nota: es importante consultar al Médico si es necesario tomarlas o no. 
  • Berocca: una combinación específica de vitaminas del complejo B, vitamina C y minerales esenciales que ayuda a la actividad mental diaria, no contiene excitantes y puede ser administrado todo el año, sin necesidad de periodos de descanso. 
  • Memorex: el medicamento de la farmacéutica Montpellier se expide bajo receta. Está indicado para casos de astenia psicofísica, disminución del rendimiento intelectual y estados carenciales y de estrés. 
  • Forcemil: recomendado para la prevención de estados carenciales de vitaminas y sales minerales, compensando las deficiencias que pudieran producirse en casos de alimentación inadecuada, regímenes alimenticios, convalecencias y estados de agotamiento físico o intelectual. Se vende sin receta médica y no se debe tomar de forma continuada. 
  • Memorino: facilita la utilización de la glucosa por las neuronas cerebrales y las protege de una posible hipoxia. Se receta en casos de pérdida de memoria, astenia, trastornos psicomotores, alteraciones del estado de vigilia, retraso de la madurez mental de la infancia, retrasos escolares, dificultades de aprendizaje, o síndrome de fatiga, entre otros.
  • Tomevit: un activador específico del crecimiento que se utiliza en casos de anorexia (estimula el apetito), trastornos del desarrollo y crecimiento de los niños, astenia y delgadez, senectud o convalecencias, estados de debilidad y agotamiento.
  • Modafinil: se comercializa para tratar la narcolepsia en países como Estados Unidos, Inglaterra, Alemania o India, entre otros. Se usa para eliminar la necesidad de dormir. También se utiliza como nootrópico, ya que se cree que aumenta las capacidades mentales.
  • Ritalin: es la marca comercial para el mitelfenidato, un medicamento que se receta a jóvenes con niveles anormalmente altos de actividad o con trastorno por déficit de atención /hiperactividad (ADHD, por sus siglas en inglés). Sin embargo, muchos jóvenes sanos lo utilizan para aumentar su concentración durante los exámenes. 

QUÉ ALIMENTOS AYUDAN A MEJORAR LA MEMORIA
Las frutas, las verduras de hoja, las semillas, así como las nueces y los cereales contienen importantes componentes que mejoran el enlace comunicacional entre las neuronas. 
Existe un aminoácido llamado “colina” que se encuentra en grandes cantidades en la yema del huevo y también en los peces grasos como el salmón y en el germen de trigo, los mismos que constituyen la materia esencial del “acetilcolina”, convertido en el neurotransmisor líder en el sistema nervioso, base de los recuerdos, pensamientos e ideas. 
Alimentos que vienen del mar como el atún, las anchoas o sardinas, el arenque y la caballa, son especies con grandes contenidos de ácidos grasos Omega 3, quienes se encargan de proteger a las neuronas de la fatal acción de los radicales libres, principales responsables del envejecimiento. 


Una de las frutas tradicionales y de la que hemos escuchado seguramente sobre sus propiedades benéficas para la memoria, es la manzana. Gracias al contenido de un fotoquímico llamado “fisetina”, la manzana se convierte en un recurso destacado para preservar las funciones del cerebro. Igualmente, podemos encontrar esta “fisetina” en las uvas, las frutillas, el kiwi y el durazno, así como también en la espinaca y en la cebolla. 

Principios fitomedicinales comprobados en los vegetales como el brócoli y la espinaca tienen un poderoso efecto para contrarrestar las causas del olvido, y tampoco podemos dejar de mencionar a las nueces, los espárragos y sobre todo los cereales integrales, los que contienen los fotoquímicos responsables para dar el impulso nervioso entre las neuronas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dejanos tu comentario