¿A quién no le gusta un buen masaje? Estoy segura de que todas
aprovecharíamos la más mínima posibilidad de que nos hagan un buen masaje al
menos durante cuarenta minutos o una hora, sobre todo de esos que son relajantes
y que nos ayuda a aliviar el estrés y las tensiones. Además de placentero, un
buen masaje es beneficioso para nuestra salud.
Hay distintos tipos de masajes; están los descontracturantes, para después de hacer ejercicios, quiromasaje, relajantes, sedantes, estimulantes y existen también distintas técnicas, como los masajes estéticos, los que se hacen con barro, chocolate, aceites, piedras tibias, hay otros para darle al músculo su tonalidad natural y algunos que nos otorgan principalmente relajación. En realidad existen diversos tipos de masaje, desde el de relajación, el estimulante hasta el afectivo, sensual y tántrico; pasando por el específicamente terapéutico (masoterapia) del ámbito sanitario y el del ámbito deportivo destinado a mejorar la actividad física.
El masaje como arte, trata de encontrar cambio y adaptación en el
ser humano. Es una técnica milenaria que mientras se va realizando va mezclando
ciencia y destreza pero todos tienen como función principal darnos bienestar,
tanto físico, mental como espiritual.
Hoy hablaremos de los masajes relajantes que ofrece al organismo una
gran cantidad de beneficios como las fuerzas mecánicas que se relación con su
aplicación y que tienen efecto directo sobre los tejidos, pero lo más
placentero es el efecto que nos producen cuando se logra el ambiente adecuado,
porque nos permite eliminar todas las tensiones, no sólo musculares, sino
también mentales.
Por eso no hay nada más lindo que un buen masaje relajante y lo
mejor es cuando son caseros o el terapeuta viene a hacerlos a casa, donde nos
sentimos a gusto, elegimos el ambiente y el momento ideal, con una música de
nuestro agrado y sobre todo, nos liberamos de todas nuestras tensiones.
El masaje ofrece al organismo una gran cantidad de beneficios.
Si lo que queremos es recibir buenos masajes relajantes, el ambiente
también debe ser relajado: Debemos elegir un sitio cómodo, con una temperatura
confortable -ni mucho frío ni mucho calor- y sin ningún tipo de interrupción
-mascotas, niños, celular-. Debe haber luz tenue en lo posible o al menos
natural. Si queremos, podemos añadir algo de música instrumental (como la que
pusimos en este post) o lo idea es un poco de música new age. La música debe
acompañar al trabajo y la relajación mental que ayuda a distensionar todo el
cuerpo para sentirnos a gusto con nosotras mismas.
Cuando vamos a recibir el masaje debemos estar completamente
relajadas, cómodas y sentirnos en confianza, sino no va a tener resultados
positivos, de modo tal que nos sintamos cómodas con el hecho de que estaremos
con la espalda desnuda.
Es muy conveniente recostarse en una superficie en la que se pueda
estar completamente extendida. A su vez, debemos tener sitio para que quien nos
proporciona el masaje pueda moverse cómodamente.
El olfato también juega un papel fundamental al momento de elegir
relajarnos con un masaje, por lo que es conveniente ambientar con velas
aromáticas, inciensos o saumerios. Respecto de los productos que se usarán en
el masaje existen diferentes tipos de fragancias, por lo que es bueno elegir una
que nos guste por su consistencia y su aroma, ya que este no es un tipo de
masaje descontracturante o terapéutico donde se usan ungüentos o lociones con
aromas fuertes a alcohol y otros compuestos químicos.
Más allá del tipo de masaje que estemos utilizando, los aceites para
masajes pueden mejorar sus efectos notablemente, pues los mismos permiten que
las manos del masajista se deslicen más fácilmente por el cuerpo. Puedes
mezclar aceites esenciales de aromaterapia que son exquisitas y tienen
fragancias tales como lavanda, bergamota, menta, eucalipto, limón, árbol de té,
rosa, durazno, etc.
También debemos tener a mano algunas toallas para cubrir el cuerpo
si es necesario y también para limpiar el exceso de aceite, talcos o lociones
que se usan.
Hay algunos puntos básicos que debemos tener en cuenta a la hora
de un masaje: En primer lugar saber que debes concentrarte en los grupos
musculares grandes, de forma que se eviten daños y aliviando así los niveles
más grandes de estrés. Quien nos hace el masaje debe aplicar presión muy leve de
manera uniforme, y utilizar toda la mano. Lo ideal es comenzar desde los
hombros y cuello hacia abajo, para conseguir el perfecto masaje ya que esta es
la zona donde mayormente se concentra nuestra tensión.
En la espalda, muslos y caderas se deben aplicar movimientos circulares,
verticales y horizontales con una leve presión pero suaves y mantener la piel bien
lubricada, ya sea con aceite, talco o loción, puesto que el efecto de
relajación se obtiene precisamente del contacto con la suavidad de la piel que
nos permite ir dejando el cuerpo en libertad.
Deben ejecutarse trazos suaves y fluidos con la palma de la mano,
puede ser por ejemplo un movimiento de las manos a cada lado de la columna
vertebral, en la parte baja de la espalda y subir con un suave deslizamiento.
Al llegar a los omóplatos deslizarse hacia afuera ligeramente, por los hombros.
Movimientos circulares en sentido antihorario con las yemas de los dedos. Una
especie de amasado de la piel, frotando rítmicamente la carne y los músculos,
yendo despacio y extendiendo estos movimientos desde la espalda, gluteos y
muslos hasta la punta de los pies.
La planta de los pies y los dedos son también un punto de relajación
muy importante, por lo que es un lugar donde habrá que detenerse a trabajar
sobre todo frotando de manera circular con la yema de los dedos.
De frente los hombros, brazos y vientre también son puntos de
relajación, mientras que masajes en zonas como alrededor de los pechos,
caderas, interior de los muslos e inmediaciones del pubis pueden ser sumamente
desestresantes pero es necesario que no te sientas incómoda al momento de
recibir masajes en esa zona.
Lo importante es que los masajes relajantes forman un conjunto de
dos métodos muy antiguos que se fusionan con el fin de tratar la mente, el
cuerpo y el alma, combinados con el uso terapéutico de aceites esenciales, lo
que es el antiguo método de curación a raíz del uso de las plantas y sus
partes.
Cada uno de los distintos tipos de aceites sirve para estimular las
distintas partes del cuerpo. Los aceites mas utilizados en estas sesiones de
masajes suelen ser la lavanda, el limón o el durazno ya que la mayoría de los
aceites están hechos a base de raíces, cortezas, flores, frutos, semillas,
recordando que cada uno de estos aceites cumple no sólo una función
aromática.
Un buen masaje relajante no solo consta del contacto con nuestra
piel, sino que también debe estimularse otros centros como es el oído, con una
música que nos permita relajarnos y las fosas nasales a través de los aromas, generando
efectos dentro del sistema nervioso y de esta manera va mejorando el estado de
ánimo, calmando la mente y reduciendo el estrés en el cuerpo; combinados en un
ambiente que nos resulte sobre todo acogedor.
Como decía al principio ¿A quién no le gusta un buen masaje?
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